Una olla a presión de emociones e interacciones sociales: el caso de una secuencia didáctica que se convirtió en un juego de mesa para enseñar a hacer preguntas científicas investigables en el aula

Resumen

En la educación en ciencias, las preguntas son esenciales. Las hay de diversos tipos, pero son las preguntas investigables las que son esenciales para el proceso científico, al mismo tiempo que permiten desarrollar habilidades científicas y motivación. A pesar de ello, la competencia de plantear preguntas científicas investigables es pobremente trabajada en los espacios educativos y en los textos escolares, ausentándose la emocionalidad en el proceso. El presente trabajo exploró, a través de un paradigma cualitativo, la capacidad de una SEA, adaptada a un formato de juego de mesa, para desarrollar la competencia de ocho personas de 10-13 años de plantear preguntas de investigación, reflexionando sobre los aportes, ventajas, dificultades y consideraciones del uso de este abordaje. A través de la aplicación de pre y post test, el análisis de discurso y las anotaciones en la bitácora pude reconocer que cada persona transitó de manera diferente la experiencia, habiendo personas que mostraron leves mejoras y cambios de perspectivas, personas que no mostraron cambios y otras que empeoraron. Los factores comunes fueron la emocionalidad y las interacciones sociales, demostrando que el juego puede recuperar estos importantes elementos en la educación de ciencias, sin embargo, pueden tener la cualidad de actuar a favor o en contra del aprendizaje, dependiendo de su carácter y frecuencia. Como otros aportes a la disciplina rescato la propuesta de usar los juegos como forma de evaluar el estado social de un grupo consolidado y la necesidad de incluir a los docentes como un estudiante más.